¿Cómo contribuyó el presidente Zedillo a la transición democrática de México?

Respuesta

A lo largo de su campaña, el presidente Ernesto Zedillo, el último presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) del siglo XX, prometió reforzar el Estado de Derecho y, una vez en el cargo, inició importantes cambios que afectaron al resultado de la carrera presidencial de 2000. En 1995 utilizó su autoridad ejecutiva para llevar a cabo una serie de reformas significativas en el Tribunal Supremo, el máximo órgano judicial de México, que se convirtieron en la base de un poder judicial más independiente. Estableció un límite de quince años para los magistrados que formaran parte del tribunal, o menos si alcanzaban la edad de jubilación obligatoria. Según las reformas, el presidente presentaría un candidato para los puestos vacantes, pero una mayoría de dos tercios del Senado tendría que aprobar su elección. Además, como ocurría a menudo anteriormente, no se permitía a los designados haber ocupado un cargo público un año antes de su nombramiento. El tribunal reformado podía pronunciarse por primera vez sobre la constitucionalidad de las leyes. Poco después de la toma de posesión de los nuevos jueces y de la promulgación de las reformas, el tribunal dictó varias sentencias importantes contra el poder ejecutivo, demostrando su independencia.

Aún más importantes para la transición democrática fueron los cambios que la administración de Zedillo introdujo en las leyes electorales, convirtiendo al Instituto Federal Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en organismos autónomos y creando un terreno de juego político equitativo mediante la financiación pública de todos los partidos políticos reconocidos. En las elecciones de 2000, por ejemplo, el Partido de Acción Nacional (PAN) y sus aliados, que hacían campaña conjunta para la presidencia, recibieron más fondos que el PRI. Zedillo también hizo un cambio importante dentro de su propio partido, al instruirlo para que creara un sistema de primarias para seleccionar al candidato presidencial del PRI, la primera vez en la historia del partido que el candidato no era elegido por el presidente en funciones o el anterior. El PRI decidió instituir unas primarias abiertas en las que cualquier votante registrado pudiera participar en la designación de su candidato. Este es el único caso hasta la fecha entre los tres principales partidos de unas primarias abiertas y generales para un candidato presidencial. Por último, y quizá lo más importante, cuando las encuestas a pie de urna dieron como claro ganador a Fox, a pesar de que el Instituto Federal Electoral no tenía los resultados completos, el presidente apareció en televisión para felicitar a Fox, el candidato del PAN, por su victoria, legitimando su triunfo ante todos los mexicanos. Algunos analistas consideran que, con ello, el presidente Zedillo se adelantó a cualquier intento de los tradicionalistas del PRI de alterar el resultado electoral. El Presidente Zedillo debe ser visto como un presidente que alentó el cambio democrático y ayudó a legitimar un proceso competitivo y democrático.