¿Por qué la carrera presidencial de 2000 fue esencial para la democratización de México?

¿Por qué la carrera presidencial de 2000 fue esencial para la democratización de México?

Respuesta

Los teóricos de la democracia sostienen que una de las pruebas políticas definitivas de un modelo democrático es si las elecciones nacionales dan lugar a una alternancia en el poder, especialmente en el poder ejecutivo, donde ha residido la mayor parte de la autoridad decisoria en México. Se puede considerar que las elecciones presidenciales de 1994 en México fueron competitivas y significativamente justas, pero el partido en el poder continuó en el cargo durante setenta años. En 2000, el Partido de Acción Nacional (PAN) presentó como candidato al ex gobernador de Guanajuato, Vicente Fox. Fox representaba un tipo de candidato presidencial totalmente nuevo. Fue el primer candidato del PAN que combinó una exitosa carrera política a nivel nacional y estatal con una carrera empresarial de gran éxito, como en el caso de Fox, director general de Coca-Cola de México. Fox fue un carismático hombre de campaña y amplió el atractivo del PAN mucho más allá de sus típicos partidistas. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) presentó al antiguo secretario de gobierno de Zedillo, Francisco Labastida, un político de carrera en la burocracia federal que también había sido gobernador de su estado natal, Sinaloa. Una vez más, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) propuso a Cuauhtémoc Cárdenas.

Al principio de la carrera se hizo evidente que la contienda presidencial era entre Fox y Labastida. A medida que se acercaba el día de las elecciones, las encuestas indicaban que los dos candidatos estaban empatados, y que la contienda era demasiado reñida. Pero en la semana anterior a las elecciones, cuando ya no se permitían las encuestas públicas, las encuestas privadas revelaron un cambio significativo entre los votantes independientes, a favor de Fox. Las encuestas académicas y los sondeos a pie de urna revelaron que, si bien Labastida superaba a Fox en todos los demás criterios, éste lo superaba significativamente en un criterio: el del cambio. Así, los votantes interesados en el cambio votaron mayoritariamente por Fox. Las elecciones de 2000 en México son un punto de referencia no sólo porque un candidato de la oposición ganó la presidencia por primera vez desde 1929, sino también porque los votantes creyeron que era necesario un cambio de liderazgo así como un cambio de modelo político. Fox generó grandes expectativas sobre cómo el cambio y un gobierno democrático podrían mejorar la vida de todos los mexicanos. Los mexicanos más jóvenes, en particular, se sintieron atraídos por su mensaje de cambio, la base de su campaña. Los resultados de las elecciones de 2000 pusieron en marcha otras reformas subyacentes que reforzaron la gobernanza democrática, al tiempo que crearon expectativas que el gobierno de Fox no pudo cumplir, dejando a un número creciente de mexicanos insatisfechos con la gobernanza democrática. Cuando Fox ganó las elecciones, el 59 por ciento de los mexicanos pensaba que México era una democracia. En 2013, sólo el 47 por ciento lo creía así. Más importante aún, el porcentaje de mexicanos que creía que la democracia era preferible a cualquier otra forma de gobierno había disminuido del 49 por ciento en 1995, cuando la encuesta de Latinobarómetro hizo esta pregunta por primera vez, a sólo el 37 por ciento, la cifra más baja de América Latina. Además, el 51 por ciento de los ciudadanos estaba de acuerdo con la afirmación de que un modelo democrático no era mejor que un modelo no democrático o que un modelo autoritario era preferible a uno democrático. El cambio en la opinión de los mexicanos sobre la democracia fue acompañado de un mayor nivel de intolerancia hacia los derechos y creencias políticas de sus conciudadanos.

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