El registro y el voto en Chile ¿es voluntario u obligatorio?

El registro y el voto en Chile ¿es voluntario u obligatorio?

Nota: Véase también acerca de cómo es el Sistema Bicameral de Chile.

Un problema que se percibe en el actual sistema electoral chileno es que el registro es voluntario pero el voto es obligatorio. Los nuevos registros electorales se abrieron en febrero de 1987, cuando el régimen militar preparaba el plebiscito de octubre de 1988, ya que los antiguos registros habían sido quemados por los militares en 1973. La oposición democrática se movilizó fuertemente para conseguir el registro de los votantes; su estrategia era derrotar a Pinochet en las urnas para conseguir la democracia, y consiguió que se inscribiera el 92% de los votantes con derecho a voto. Desde entonces, sin embargo, el número de votantes registrados no ha aumentado en consonancia con la población en edad de votar, ya que los jóvenes muestran ahora poco interés en participar en las elecciones. En las elecciones al Congreso de 2001 se registró el 80% de los 10 millones de votantes potenciales; en las elecciones municipales de 2004 la cifra fue del 77%.

El bajo registro entre los votantes jóvenes llevó al gobierno a proponer el registro automático y el voto voluntario. Los partidos de la Concertación apoyan la inscripción automática, pero no hay consenso sobre el voto voluntario. Temen que la participación general disminuya y que los costes financieros de la campaña para movilizar a los votantes aumenten y se incrementen, favoreciendo así a los partidos de derecha. La oposición, especialmente la UDI, rechaza la inscripción automática y apoya el voto voluntario.

Los partidarios del sistema binomial afirman que ha favorecido la gobernabilidad porque hay dos grandes coaliciones, una en el gobierno y otra en la oposición. Sin embargo, esta opinión es errónea: la Concertación, como coalición, se creó antes de que se introdujera el sistema binomial, como una alianza para trabajar contra el régimen autoritario y promover el retorno a la democracia por parte de políticos que habían aprendido de sus conflictos pasados (que llevaron a la crisis y a la ruptura de la democracia en 1973) y habían acordado una estrategia de cooperación de las élites dentro de un sistema político algo comparable a una democracia consociacional. El país es gobernable a pesar del sistema binominal, no gracias a él.

El sistema no puede durar indefinidamente porque perjudica a los partidos políticos y plantea limitaciones a la democracia, pero será difícil de abolir porque el cambio crearía incertidumbre sobre el impacto en el apoyo a los partidos. También requeriría una enmienda constitucional, porque el carácter binomial del Senado está en la Constitución. En el Congreso hay consenso entre la Concertación y la Alianza por Chile para eliminar a los senadores no electos y a los ex presidentes como miembros vitalicios.


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