¿Cuáles fueron las consecuencias de los zapatistas en las relaciones cívico-militares?

¿Cuáles fueron las consecuencias de los zapatistas en las relaciones cívico-militares?

Respuesta

El ataque del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a varias instalaciones del ejército en la mañana del 1 de enero de 1994, en parte para simbolizar la objeción del EZLN al Tratado de Libre Comercio de América del Norte y lo que implicaba para los campesinos mexicanos, tuvo numerosas consecuencias para las fuerzas armadas mexicanas, para la relación entre las autoridades civiles y militares, y para el papel de los militares en la determinación de la política de seguridad nacional. El levantamiento cogió a la opinión pública mexicana y a la comunidad internacional completamente por sorpresa (véase la pregunta inmediatamente anterior). Como ocurrió unos veinticinco años antes, en 1968, cuando las tropas rodearon a los manifestantes estudiantiles en la plaza de Tlatelolco, se pidió al ejército que reaccionara ante un difícil problema político creado por la incompetencia de los dirigentes civiles. Sin embargo, los sucesos de enero de 1994 fueron aún más consecuentes para la relación cívico-militar, porque la inteligencia militar había advertido durante más de un año antes de estos sucesos a los organismos civiles del desencanto de estos grupos y de la probabilidad de que emprendieran futuras acciones contra las autoridades locales.

La represión inmediata de las pequeñas bandas guerrilleras por parte de las fuerzas armadas fue brutal y conllevó violaciones de los derechos humanos ampliamente denunciadas, presentando a los militares bajo una luz negativa en los medios de comunicación nacionales e internacionales. Los oficiales de las fuerzas armadas empezaron a estar descontentos con el liderazgo civil en materia de seguridad y con la toma de decisiones, y acabaron presionando a los líderes nacionales para que incluyeran a las Secretarías de Defensa Nacional y de Marina en el proceso de toma de decisiones, dando así voz a los militares en las políticas que se les pedía que aplicaran o ejecutaran. Como consecuencia, estos oficiales se convirtieron en una voz efectiva en el subgabinete de seguridad nacional. Igualmente importante, la insatisfacción de los militares con su papel en el control de los zapatistas condujo a una autoevaluación única y muy crítica dentro del ejército en un memorando interno de 1995 que se filtró a los medios de comunicación mexicanos. Este informe identificaba numerosas debilidades institucionales y esbozaba estrategias concretas para mejorarlas. Muchas de ellas podían atribuirse al papel del ejército en la represión del levantamiento zapatista. Por ejemplo, el informe recomendaba una revisión completa de las capacidades electrónicas del ejército, que incluiría una formación avanzada en tecnología informática y la adquisición de equipos informáticos superiores. Esta recomendación, en parte, fue una respuesta al exitoso uso de Internet por parte de los zapatistas para presentar su caso al público y a los medios de comunicación internacionales y a la comunidad académica. El informe también recomendó que las fuerzas armadas mejoraran sus esfuerzos de recopilación de información y establecieran vínculos con organismos civiles homólogos, como la Procuraduría General de la República. Por último, el informe recomendaba la ampliación de las unidades móviles que pudieran trasladarse por avión a zonas de difícil seguridad, lo que daría al ejército una mayor flexibilidad logística.

Véase más sobre la Rebelión Zapatista en Chiapas, México.


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